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domingo, 26 de julio de 2009

El precio y el vaor


El precio y el valor…
¿Cuánto vale un vehículo?
El precio de compra o el valor de todo lo que se puede hacer con él.
¿Cuánto vale una casa? El precio de su construcción y su hipoteca o el valor de la protección que nos ofrece durante todo el tiempo que vivimos en ella.
¿Cuánto vale una carrera universitaria? La suma de lo que los padres invierten desde el primer día de clases hasta la graduación o el valor de lo que el graduado puede hacer con su título y su vida como profesional? y,
¿Cuánto vale la virginidad de una mujer? Lo que ella quiere cobrar, independientemente para que quiere el dinero, cuando la pone en venta o el valor que significa para un hombre que la aprecie, la quiera, se case con ella y forme una familia…
Estas preguntas me vinieron espontáneamente a la cabeza cuando leí en internet que una señorita ecuatoriana que vive en Valencia puso en venta su virginidad y ha recibido ofertas desde sesenta, hasta tres millones y medio de Euros…
Ante esto me pregunto: ¿Cuál es el criterio para ponerle precio al valor de algo único como la virginidad de una mujer única en el mundo con su nombre y apellido… Tanto para la venta como para la compra, solo se me ocurre la falta de racionalidad para querer hacer negocio con algo que no debiera ser negocio.
Hace bastantes años tomé un taxi en la estación de Chamartín en Madrid para un trayecto como de 40 minutos y al notar que el coche estaba exquisitamente cuidado y limpio y, además, que el modelo era de hacía muchos años, entablé una conversación con el taxista, entonces un señor como de una cincuenta y cinco años. Lo felicité por lo bien cuidado y limpio que tenía su taxi y espontáneamente agradeciendo la felicitación me comento, que lo había comprado a su regreso de trabajar y ahorrar unos años en Alemania y además, me dijo, que nunca lo vendería, pues con ese taxi había pagado su piso en Madrid, un segundo piso en Gandía y educado a sus tres hijos en la universidad a la que él no había podido llegar porque su condición económica de los años sesenta no se lo permitieron y que incluso lo llevaron a emigrar…
En esa conversación entendí mejor el sentido del "precio" y el "valor" de los bienes que se pueden comprar.
El valor del taxi para este señor, no fue lo que pagó, sino lo que fue capaz de conseguir con él.
Yo compré una casa en la que vivímos quince años, en cada rincón hay recuerdos del crecimiento y la educación de mis hijos que tienen un gran valor. La casa donde vivo me da protección, comodidad y seguridad que tienen mucho valor y nunca les pondré un precio.
La virginidad de una mujer ya no es una condición indispensable en Europa y Latinoamérica para formar una familia, pues las relaciones prematrimoniales son hoy parte de una sociedad que se considera moderna, en la cual lo más importante es vivir y disfrutar el presente y las relaciones sexuales se entienden y realizan principalmente por diversión, mania o entretenimiento y muy raras veces como la expresión de verdadero amor y entrega.
Por necesidad hay gente que pone en venta sus órganos y no sé si la virginidad se puede considerar una parte importante del cuerpo que significa algo más que un músculo que protege otro músculo… Detras de la virginidad se entendía hace años, la fidelidad, la capacidad de esperar para amar y formar una familia y algo que la mujer guardaba para que fuera el inicio de un gran amor y una familia.
En todo caso, como en la sociedad actual todo tiene un precio, no estoy claro si este tipo de negocios "mediáticos y económicos" aunque admisibles, se pueden considerar legales.
Pero de lo que si estoy seguro es que no es ético poner en venta algo que es único y forma parte de su cuerpo y su estrustura fósica y psicológica.
!Negocio es negocio! Me dijo alguien con quien comentaba esta noticia…
Sin embargo, sigo pensando que hay cosas cuyo verdadero significado es mucho más por su valor sentimental, que por el precio de quien lo pone en venta porque quizas no sabe o no quiere aprecir su verdadero valor.
Hasta la próxima
Pedro Roque
www.pryavalencia.com