Cada cosa en su momento
Muchas veces me sucede, que buscando unas cosas encuentro otras.
Supongo que alguna vez también te ha sucedido a ti...
Es el caso del siguiente artículo, que buscando información sobre lo que dejó detrás de sí el huracán IDA en El Salvador, donde tengo muchos amigos, me encontré lo de la importancia de la paciencia y la maduración de las personas antes de obtener éxito...
Hay gente que dice que lo que es de uno, nadie se lo quita y otros que piensan, que lo que no es de uno, por más que lo esperes nunca vendrá...
¿Y que pasa con el éxito en obtener lo que uno de verdad desea?...
Desear algo con vehemencia y trabajar para que el deseo se convierta en realidad es una cosa y solo tener paciencia otra.
Me parece muy bien el ejemplo del Bambú japonés que según este artículo crece los primeros siete años hacia adentro y luego de pronto rápidamente, hasta veinte centímetros al día tratando de alcanzar el cielo, hasta que por su altura y solidez es cortado para ser utilizado, entre otras cosas para amar andamios en la construcción de edificios muy altos por su flexibilidad y resistencia.
Dice el relato:
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada a gritar con todas sus fuerzas: "¡Crece de una vez, por qué tardas tanto!"
Algo muy curioso sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para agricultores impacientes:
Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros...
¿Tardó solo seis semanas en crecer?
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
¿Y que pasa en la vida de muchas personas?
En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos hay que recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no
Bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, sí está sucediendo algo dentro de nosotros: estamos creciendo y madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Evidentemente los éxitos rápidos con mucha frecuencia no son consistentes seguramente por falta de madurez para manejarlos.
Vídeo sobre el éxito
En la siguiente dirección en mi página encontraras un vídeo que gravé hace algunos meses.
Míralo para entender mejor esto de conseguir él éxito: http://www.pryavalencia.com/videos/elexitoposible/elexitoposible.php
Antes de solo tener paciencia, principalmente hay que trabajar para obtener el éxito.
Si hablas con un japonés te dirá, que hay que se paciente, pero la semilla hay que haberla sembrado y regarla continuamente.
Con mis mejores deseos por tu próximo éxito.
Cordialmente,
Pedro Roque
www.pryavalencia.com
