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DOMINGO DE RAMOS
Hoy, 28 de marzo es Domingo de Ramos… En la religión criatiana se celebra sugún el Nuevo Testamento cuando Jesús entró en Jerusalén montado en un burrito y fue recibido y aclamado calurosamente por el pueblo, que esperaba la Buena Nueva, la Reconciliación y la Liberación, pues entonces Jerusalén estaba sometido al Imperio Romano y Poncio Pilato era el gobernador.
Supongo que aquel Domingo nadie imaginó lo que sucedería en los siguientes días y cómo terminaría esa semana, pasando por los milagros de Jesús curando enfermos, su cólera en el atrio del templo con los mercaderes, las acusaciones de los sacerdotes, la traición de Judas, la Santa Cena, el apresamiento, las idas y venidas políticas con Jesús entre Pilatos, Herodes y Pilatos, la condena, la “jugada” de Pilatos lavándose las manos, diciendo que no era su responsabilidad lo que sucediera con Jesús y accediendo a cambiarlo por Barrabas -un conocido revolucionario preso por haber matado a un soldado romano- y luego, permitiendo la burla y dolorosa tortura, la coronación con una rama de espinas, y a continuación, la negación de Jesús por Pedro, el martirio con la pesada cruz sobre el hombro cuesta arriba hasta el Gólgota, la brutal crucifixión y la muerte de Jesús en la cruz... Me explicó un estudioso de la Biblia que para nuestra salvación, esto debía suceder…¡Tremendo!
Pero este Domingo de Ramos, sí sabemos lo qué pasará en esta semana, que además de Santa también será trágica: En paralelo a las celebraciones religiosas, grandiosas y convertidas en eventos de turismo religioso internacional , habrá ahogados en el mar y las piscinas, más accidentes de tráfico y más delincuencia y veremos las noticias sobre las familias llorando sus desgracias y las estadísticas de los accidentes, heridos y fallecidos.
¿Y las causas? Las mismas del año pasado: Exceso de velocidad, exceso de alcohol y drogas, exceso de agresividad que termina en heridos…
Conscientes que esto volverá a suceder, le pregunto a usted y usted, por favor, pregúntele a otros:
¿Qué harás para proteger a tu familia, evitar dejar la vida en la carretera y no ser un número más en la estadística del Lunes de Pascua?...
¡Ojalá tengan alguna respuesta!
Le diré lo que haré yo que me encuentro en CentroAmérica: A mediodía del Jueves Santo, sin prisas y sin agobios, viajaré a la ciuda de San Vicente a unos 80 kilómetros y veré el atardecer frente al Valle de Jiboa para admirar la belleza de naturaleza; por la noche asistiré a la Procesión del Silencio, el viernes daré un paseo para admirar las alfombras que hacen los vecinos en las calles para el Santo Entierro y el sábado visitaré y subiré a la Torre de San Vicente para admirar el volcán Chichontepec y el paisaje que rodea a la ciudad…
Se fija… No hace falta ir lejos, ni salir del país para celebrar la Semana Santa, y mucho menos, endeudandose más con la tarjeta de crédito... Si aún no sabe qué hacer en estos días, vaya a su pueblo que ahí sigue, con su calle, su escuela, su parque, su gente y sus costumbres, esperándole con los brazos abiertos.
¡Compórtese y pásela bien y si conduce, ni se arriesgue ni arriesgue a su familia!
cordialmente,
Pedro Roque
www.pryavalencia.com
