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domingo, 14 de junio de 2009

¡que no te roben tu futuro!


¡Que no te roben tu futuro!
¡Créele más a tu sentido común y tu intuición!
La intuición es un don inexplicable que todos tenemos y que de forma parecido que con el sentido común, desgraciadamente, utilizamos poco...
Tal como yo lo entiendo y trato de poner en práctica, el sentido común es lo que en nosotros se acerca más a lo que vemos hacer sucede en la naturaleza. Los ríos bajan de la montaña hacia el mar y siempre llueve de las nubes hacia la tierra… Querer que las cosas sucedan al revés, además de ilógico va en contra de la naturaleza.
Pues con el sentido común es lo mismo… lo lógico, lo normal, lo que la gente entiende fácil y hacer lo que a uno le gusta a hacer es el sentido común.
Y la intuición de cada uno es lo que la mente le indica producto de la combinación de lo que se percibe y se siente con los cinco sentidos proyectados hacia el futuro inmediato.
Aplicado esto al emprendedurismo pienso que es muy importante utilizar nuestros cinco sentidos, el sentido común y la intuición para decidir si emprender una empresa y hacer algo nuevo o no hacerlo.
Quien mejor nos conoce y sabe de lo que es capaz, es uno mismo…
Si es cierto puedes encontrar consejos en libros, artículos o videos que sirven para ordenar la mente, las ideas y los pensamientos, pero no para ser emprendedor.
Por muchos cursos que hagas sobre como emprender una empresa, si tu sentido común y tu intuición se resisten a la idea, lo mejor es no hacerlo…
Son muchas las empresas nuevas que fracasan en los primeros años, se dice que el 70% en los primeros cinco, y me imagino que muchas, será porque los emprendedores las crearon sin aplicar sus cinco sentidos, el sentido común y su intuición.
Independientemente que la empresa empiece bien e incluso crezca porque la idea, el producto o el servicio satisfacen necesidades, si el emprendedor no tiene el espíritu que necesita para ser emprendedor en términos de entusiasmo, dedicación, persistencia y otras cualidades, la empresa poco a poco decaerá…
Si este es el caso, lo mejor es venderla o buscar alguien que la administre y que el emprendedor que la emprendió se dedique a lo que le gusta y a lo que su sentido común y su intuición le impulsan.
No es malo ser un empleado, si a uno le gusta lo que hace y tampoco es necesario que todos seamos emprendedores…
No te dejes robar tu futuro feliz por hacer caso a los que te aconsejan y te ayudan a ser emprendedor, si tu mejor amigo y consejero que eres tú están claros que no quieres.
La felicidad, no es ser emprendedor, ni tener dinero, ni propiedades. Es sentirse bien con uno mismo y la continua sensación, satisfacción y sentimiento que te gusta y te sientes bien con lo que haces…
Hay cosas que se pueden aprender, otras se pueden potenciar pero si no sientes que tendrás éxito como emprendedor quédate en empleo que tienes o sigue buscando el que te gustaría encontrar.
Tampoco existe el empleo perfecto y cada empresa no te puede dar más de lo que tiene.
Tanto para ser emprendedor como ser un buen empleado hay que adaptarse a lo que hay y en o que sea posible, cambiarlo o cambiar.
Al final, es mejor ser un buen empleado que un emprendedor a la fuerza….
La crisis, los apoyos, las subvenciones y las facilidades de crear empresas con dinero fácil público y a fondo perdido están insinuando, impulsando o empujando a muchos a emprender empresas…
Si aun lo estás pensando, piénsalo bien y si ya estás en el caballo y sientes que no puedes con él, te mereces una segunda oportunidad y un plazo concreto para seguir y convencerte de si debes continuar o buscar una mejor alternativa para tu propia calidad de vida, incluso vendiendo o buscando socios a los que les guste y quieran hacer lo que tú haces pero no te convence… Así salvarás la empresa y te salvarás tú…
Tan importante es la nueva empresa como tu calidad de vida y no debes cambiar la una por la otra. Las dos deben ser complementarias para que las satisfacciones sumen. Aunque sí hay que trabajar y esforzarse, no tiene mucho sentido hacer a la fuerza lo que a uno no le gustan y además, el propio sentido común y la intuición están en contra.
La empresa hay que vivirla y sentirla; convivir y sentirse bien con ella.
Si eres emprendedor y te gusta lo que haces y resolver las dificultades a serlo, te felicito y sigue adelante.
Pero si no te sientes bien, es mejor, más valiente, más honorable y harás menos daño si renuncias a tiempo.
Tu futuro es tu futuro y será como tú te lo imaginas y quieres que sea.
Cordialmente,
Pedro Roque
www.pryavalencoa.com